Quizá a vos también te hayan llamado la atención unas líneas que han aparecido en la revista Vida Abundante de Julio-Agosto (Año 112- n*4) en su sección de Correo de Lectores, pag. 34.
Te puedo decir que se me cayeron las medias cuando con sorpresa leía que su comunidad no tenía salvación: "Se Hunde el barco", afirmaba.
Notoriamente se trataba de un hermano comprometido con la iglesia y que con dolor intenso en su corazón anunciaba que el desánimo de las personas que conformaban su congregación, llegaba a un punto en el cual nadie quería responsabilidades y sólo quedaban algunos viejos, porque sus hijos preferían no concurrir a la iglesia.
Casualmente ha sido una de las pocas notas de esta revista que he comentado con Ana, mi querida esposa, porque precisamente me ha entristecido el comentario de César de Entre Ríos.
Quiero destacar que hasta no hace mucho tiempo atrás, que el que haya firmado César de Entre Ríos u Horacio de Mar del Plata, no habría significado diferencia. Con gusto hubiera firmado esa carta. Sin embargo, hace un tiempo estoy notando que el Señor ha comenzado a responder las oraciones que durante tantos años hemos elevado tales como: "Señor, aviva nuestra comunidad", "Señor, moviliza y conmueve nuestros corazones y familias!".
Esta respuesta no es una de las que tiemblan los muros, ni es una en la que en determinado momento quedamos todos tendidos en el suelo con un "mágico" cambio posterior. Muy por el contrario, se trata de una suave brisa. Dios nos está mandando una suave brisa.
Nuestro pastor, casualmente (o quizá no tan casualmente) ha respondido precisamente esa carta de César con otra que apareció en el número siguiente (N*5 Pag.14 y 15) en la que destaca la necesidad de extender las velas.
Este símbolo tan gráfico nos explica que no todo "cae del cielo", el Señor pone la brisa y nosotros tendremos que extender las velas para que el barco avance y no se hunda.
Por favor lean esta nota y juntos sigamos izando las velas. Creo firmemente que los próximos años (incluido el presente) van a ser con balance positivo, sin déficit, arribando a buen puerto.
Oremos siempre por esta tarea que estamos llevando a cabo y por nuestro pastor y su familia, ya que con su trabajo y compañía nos van orientando con pasión y con amor y nos dejan, entre muchas otras cosas, con líneas como estas que contribuyen a nuestro crecimiento y evolución como comunidad cristiana.
Quizás podamos, por que no, encontrar el número telefónico de César, y podamos compartirle un poco de lo nuestro (amor-interés-buenas ondas); te aseguro que se va a sentir bien!
Horacio Olthoff
Publicado por Gerki
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