viernes, 8 de junio de 2012

A través de un beso



A donde irán los besos que guardamos, que no damos. Dónde se va ese abrazo si no llegas nunca a darlo(Víctor Manuel)

Cada vez que mi pequeña se golpea, viene hasta mí y me pide que le de un beso allí donde ha recibido el golpe.Tras posar mis labios sobre su dolor este desaparece casi de forma milagrosa. 
 Qué gran poder poseen los besos capaces de sanar, de ahuyentar pesares, de calmar el dolor. 
Mi hija está aprendiendo que sus besos también son bálsamo para curar heridas. Cuando por alguna razón , importante o no, estoy algo reflexiva y más callada de lo normal, Valeria se acerca y plasmando un dulce beso en mi mejilla me dice: ¡Mamá ya está conteta!. Es cierto que muy a menudo para desatar mi alegría tan sólo necesito un cálido beso ataviado de ingenuidad y pureza.
Me gustan los besos. La calidez de unos labios que acarician y te entregan su carga de afectividad.
Me gustan los besos del amado, aquellos que depositados en los labios mitigan tu sed y matizan tus ojos con un brillo especial.
Hay besos apasionados, otros amigos, ósculos santos, besos infantiles que dejan en tu rostro olor a caramelo. 
 tomado de www.protestantedigital.com

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