sábado, 27 de junio de 2009

PREDICACION DE SERGIO LOPEZ EN ALEMANIA

Queridos Hermanos y Hermanas

 

            Hemos recibido un Espíritu de hijos que clama a Dios diciéndole Padre! Ese ánimo, el profeta Isaías contagia al pueblo de Dios que se encontraba deprimido y derrotado por todas las contrariedades que le pasaban.

            En América latina los pobres, los oprimidos y los postergados son cada día más. El mismo sistema imperialista que oprimía a los hijos de Israel en Babilonia también es el mismo sistema que esclaviza y oprime a nuestros pueblos. Pobres cada vez más pobres y ricos cada vez más ricos, es la injusticia que clama a Dios para que actúe en la historia de su pueblo.

            En Argentina vivimos sumergidos en la desigualdad social. La corrupción generalizada y la desvalorización de la vida humana. Una persona debe trabajar 14hs diarias por un  magro salario, la educación publica y gratuita se transformó en asistencialismo, los niños y niñas, concurren a la escuela por un plato de comida. La violencia es la expresión de lo que no soportan la exclusión y es el grito de los que saben que sus vidas no valen y por que no valen no temen perderla.

            "El me ha enviado a dar buena noticia a los pobres y aliviar a los afligidos" el profeta Isaías grita con fuerza que la injusticia y opresión no es el resultado de un juego de azar en el que a unos le tocó en suerte tener una vida resuelta y tranquila, mientras que a otros su suerte está empeñada. El profeta Isaías grita para que los poderosos escuchen!! Grita para que los que oprimen y afligen al pueblo se conviertan de sus praxis.

             Mis queridos hermanos y hermanas, ¿acaso no se estremece nuestro corazón ante la promesa de Dios a su pueblo?, ¿podemos ser espectadores de la obra de Dios sin que nosotros alcemos también nuestra voz? Quiero creer que entre nosotros hay muchos Isaías que asumimos con valentía y entusiasmo el compromiso de seguir gritando, de no claudicar, de no callar un mensaje de liberación para los que menos tienen.

            Vengo desde el rincón más austral de América, a tomar fuerzas en el espíritu que animó a Lutero, a decir junto con El, en vos alta "Dios nos creo, hombres y mujeres, a su imagen y semejanza" y es tiempo que en nuestro mundo nos reconozcamos como hermanos, nos miremos y nos descubramos en la vida de ese otro diferente a mi, pero tan parte de mi como mi propio sentir.

            Jesús asume para su ministerio estas mismas palabras y nos deja como legado suyo este desafío:

  • Aliviar a los afligidos
  • Anunciar la libertad a los presos de todo sistema
  • Consolar a los tristes
  • Llevar perfume de alegría en vez de ceniza de llanto

 

Si de verdad estamos convencidos que el texto que leímos hoy, es para mi vida y la tuya y la de cada uno de los que estamos aquí, entonces no dejes morir el espíritu se Isaías, el espíritu de Lutero, el espíritu de Jesús, pues dice al final la promesa:

"Los llamarán robles victoriosos, plantados por el Señor para mostrar su obra" Amén

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Que te pareció esta nota?